Buenos Aires, 21 de agosto de  2011
A los Legisladores Nacionales
H. Cámara de Diputados de la Nación
Estimado Sr. Diputado:
Las abajo  firmantes, Organizaciones Sociales de la Sociedad Civil de la República  Argentina, que desarrollamos nuestra misión en diversos campos de trabajo y  territorios de nuestro país, nos dirigimos a Ud. a fin de solicitarle acompañe  la aprobación de la Ley por la cual Argentina se incorpora formalmente al Banco  del Sur.
La iniciativa  del Banco del Sur, no es una cuestión aislada en un proceso de integración. Es  parte formal de un proceso integral. Esta afirmación debe llenarse de contenido  y su contenido ser coherente con dicho proceso.
En estos  tiempos, la crisis financiera internacional golpea al mundo entero y amenaza a  nuestras economías regionales. Los presidentes de la UNASUR, reunidos hace pocas  semanas en Lima, acordaron la necesidad de establecer mecanismos urgentes que  favorezcan la integración y promuevan una “Nueva Arquitectura Financiera  Regional” (NAFIR) que permitan blindar la región ante los embates de la misma  crisis.
El sector  financiero de nuestros países, cuando considera la Nueva Arquitectura Financiera  Regional, puede estar pensando en mecanismos más autónomos pero sin que se  diferencien mucho de los que sostienen el modelo económico actual. Reconocemos  que la autonomía de los centros internacionales de poder es un paso importante,  pero insuficiente si queremos “otro mundo posible”.
Por ello, es  necesario imaginar con creatividad y audacia caminos nuevos. El modelo actual  ata las manos de los Estados quitándole casi toda libertad de acción para poder  tomar medidas de carácter más social, productivo o distributivo. La autonomía de  los Bancos Centrales, por ejemplo, limita la posibilidad de los países para  tomar decisiones que impacten con más fuerza en el bienestar de sus  pueblos.
Dentro de las  nuevas instituciones propuestas, el Banco del Sur será sin dudas un instrumento  privilegiado. Pero requiere definir objetivos de desarrollo regional que superen  la mera financiación de proyectos que pudieran consolidar el mismo sistema  imperante. Cualquier intencionalidad imperialista se opone necesariamente al  espíritu de la NAFIR y, lamentablemente, debemos luchar con estas miradas que,  aunque limitadas, están presentes también en nuestro propio continente respecto  de unos países hacia otros.
Los criterios  de desarrollo a ser seguidos tienen que respetar los procesos de sustentabilidad  medioambiental y social, a la vez que buscar procesos redistributivos también  entre los países de la región. Estos valores y criterios están presentes en las  agendas de los movimientos y organizaciones sociales quizás más fuertemente que  en otros sectores involucrados directamente en el diseño de la NAFIR. A su vez,  dicha participación puede ser alguna garantía de que los intereses y necesidades  de sectores que han sido históricamente relegados en las decisiones, objetivos y  políticas de las instituciones financieras internacionales, sean esta vez  considerados positiva y reparadoramente.
Nos referimos  a los intereses de los empobrecidos, excluidos, de los trabajadores, de los  grupos sociales postergados en el continente pero que han sido –y siguen siendo-  la base del enriquecimiento del pequeño grupo de privilegiados que disfruta en  sobre-exceso de los bienes elementales que le son negados a las grandes  mayorías.
Estas grandes  mayorías son las bases sociales y democráticas de los gobiernos que lideran hoy  estos procesos en América Latina y que pueden ser cooptados por los intereses de  los grupos minoritarios pero muy poderosos si no se los acompaña, fortalece y  presiona desde las organizaciones que procuran defender los intereses  populares.
Somos  concientes de que las Organizaciones y Movimientos Sociales debemos ser de  alguna manera, una “conciencia social” para la NAFIR. Como tal, podemos proponer  iniciativas pero también analizar críticamente propuestas surgidas desde otros  sectores, mejorando estas aproximaciones e introduciéndoles modificaciones que  las harán más consistentes con la perspectiva de integración regional.
La aprobación,  por parte del Congreso de la República Argentina, del Banco del Sur, pondrá  prácticamente en marcha esa iniciativa clave para el comienzo de una nueva etapa  regional. Por ello, como Organizaciones Sociales comprometidas con la mirada de  integración, solicitamos a Ud. que acompañe con su voto esta nueva Ley de la  República.
Atentamente, 
 
 
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