ASOCIACIÓN IPA - ESPAÑA
Transcribimos a continuación el Manifiesto e invitamos a adherir al mismo.
Preámbulo:
La comunidad internacional es unánime en su aspiración de proteger y fomentar el desarrollo de los individuos desde su nacimiento, sin importar su origen nacional, social o cultural, posición económica o cualquier otra condición. Así lo expone la Declaración Universal de Derechos Humanos y es el espíritu de la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) que vela por el respeto a la dignidad y el valor de cada individuo en minoría de edad. Porque de la calidad de la infancia de los niños y niñas depende la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y, de hecho, de la humanidad.
El artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño expresa que “los estados partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”. Los beneficios del juego son considerables e indiscutibles. Jugar es una fuente inagotable de placer, alegría, descubrimientos, reto y satisfacción, que permite un crecimiento equilibrado del cuerpo, la inteligencia, la afectividad, y la sociabilidad. Ahora y siempre el juego es y ha sido un elemento fundamental en el desarrollo de las personas. Imprescindible para un armonioso crecimiento. Un niño que juega es un niño sano.
Sin embargo, cabe reconocer que en todos los países del mundo hay niños que viven en condiciones excepcionalmente difíciles que les impide ejercer el mencionado derecho, y que en muchas naciones son la mayoría de menores los que se ven obligados a anticiparse a las actividades de la edad adulta siendo imposible dedicar tiempo al ocio.
Pero también en otros países supuestamente mejor situados los niños tienen limitado su derecho al juego en la medida en que se priorizan aquellas actividades aparentemente útiles, relegando el juego a espacios de entretenimiento, recuperación de energías o simple pérdida de tiempo, como si éste fuera una especie de sarampión infantil, que afortunadamente, a cierta edad desaparece.
Manifestamos que:
El juego constituye una actividad esencial para el desarrollo del individuo como lo es la educación, la alimentación o la salud.
Si los niños, niñas y jóvenes pudieran crecer en la alegría del juego devendrían adultos con mayor salud física y mental y la actitud lúdica les acompañaría siempre.
El juego resulta una valiosa herramienta para generar una sociedad mejor, fomentando la comunicación entre las personas, profundizando en las relaciones de los individuos de una comunidad y reconciliando posturas antagónicas.
El juego potencia la creatividad y el talento, estimulando la posibilidad de ver las cosas de distintas formas, favoreciendo mentes abiertas, alimentando la capacidad de transformar los conceptos e imaginar perspectivas nuevas.
El juego incide directamente en el desarrollo de la inteligencia emocional: en la capacidad de controlar las emociones, de motivarse un mismo, el reconocimiento de las emociones ajenas y el control de las relaciones.
Por todo ello nos comprometemos a:
- Recordar y promover desde nuestros distintos perfiles sociales -ciudadanos, trabajadores, responsables de políticas públicas, educadores, empresarios, usuarios de servicios,…- los fundamentos del artículo 31 de la Convención sobre los Derechos de la Infancia.
- Promocionar la importancia del juego en la vida de las personas, empezando por nuestro entorno más cercano, la familia, y ampliando nuestra área de influencia siempre que nos sea posible
- Impulsar y participar en actividades lúdicas para niños y adultos, compartiendo la alegría y el placer de jugar en nuestra vida privada y social.
- Apoyar la celebración del día internacional del juego que unifique, difunda y amplifique el convencimiento de que jugar es un derecho para la infancia y una necesidad a lo largo de la vida.
ETIS es miembro de la RIA
(Red Iberoamericana de Animación Sociocultural)
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